La entrega, el temperamento, la personalidad y la lucha de Atlético Nacional ayer ante Atlético Mineiro por la Copa Bridgestone Libertadores de América tuvieron premio al final del encuentro en el gran zapatazo de Sherman Cárdenas.
El fuego interior de este plantel de profesionales quedó reflejado en cada balón dividido, en cada corrido, en cada centro y en cada esfuerzo máximo de los profesionales verdes que quisieron ganar y lo consiguieron en el descuento.
La entrega, el temperamento, la personalidad y la lucha de Atlético Nacional ayer ante Atlético Mineiro por la Copa Bridgestone Libertadores de América tuvieron premio al final del encuentro en el gran zapatazo de Sherman Cárdenas.
El fuego interior de este plantel de profesionales quedó reflejado en cada balón dividido, en cada corrido, en cada centro y en cada esfuerzo máximo de los profesionales verdes que quisieron ganar y lo consiguieron en el descuento.
Esta actitud, asociada a la aptitud de cada jugador, deberá ser triplicada en Belo Horizonte para que desde lo más profundo del alma de cada jugador salga su mejor esfuerzo en busca de los Cuartos de Final. Ayer se demostró que el equipo tiene un inmenso corazón.