44.970 aficionados se dieron cita en la gran final de la Copa Bridgestone Libertadores en el estadio Atanasio Girardot. Un momento ilustre que quedará por siempre en el recuerdo de los hinchas que vieron al equipo Verdolaga, bajo la hermosa noche, alzar la copa de Campeón continental. Cruzando fronteras en un solo canto, exaltando al equipo amado, los aficionados poco a poco escribían en la historia de la Libertadores que la fidelidad es la estampa permanente que llevan desde hace años ó décadas impregnadas en su piel.
44.970 aficionados se dieron cita en la gran final de la Copa Bridgestone Libertadores en el estadio Atanasio Girardot. Un momento ilustre que quedará por siempre en el recuerdo de los hinchas que vieron al equipo Verdolaga, bajo la hermosa noche, alzar la copa de Campeón continental. Cruzando fronteras en un solo canto, exaltando al equipo amado, los aficionados poco a poco escribían en la historia de la Libertadores que la fidelidad es la estampa permanente que llevan desde hace años ó décadas impregnadas en su piel.
El sueño de un título que una generación logró disfrutar hace 27 años, hoy se cumple en otra etapa, en un periodo donde se unen dos amores, quienes lograron vibrar, palpitar con la emoción de la primera vez del título continental y aquellos que presenciaron el 27 de julio del presente año la felicidad incalculable de la segunda vez declarada como el mejor equipo del continente americano.
Son miles de hinchas que acompañaron físicamente y a distancia al equipo Verdolaga. Recorridos que se prolongaban, pero que finalmente se unían por una sola meta, un sentimiento mutuo, que desde todos los rincones de la ciudad de la eterna primavera, de Colombia y de diversos lugares de mundo, lograron estampar para la eternidad ese momento soberano de ser campeón de la Copa Bridgestone Libertadores.
