No lo podían creer, de hecho seguramente aún no lo creen. Felipe Quiroz, un hincha enfermo de Nacional fue invitado junto con su pequeño hijo Juan José a la concentración del equipo profesional previo al partido por la Copa libertadores ante Bolívar de La Paz.
Cuando recibió la llamada para contarle sobre la invitación por publicar en nuestras redes sociales con la etiqueta #HerenciaVerdolaga, lo dudó, de hecho casi no contesta, no lo creyó, le parecía increíble, pero al final se alegró. ¡Vaya manera de comenzar la semana!
A las seis de la tarde del lunes, un día antes del partido, llegaron al hotel, fueron recibidos por nuestro presidente Juan David Pérez, uno de los promotores de la iniciativa, los saludó y los acompañó hasta el lobby para registrarse. Habitación 401. Allí los esperaba un obsequio del Club. Juan Pablo, de 9 años, sonrió.
Pero no se querían quedar en el cuarto, bajaron de inmediato a la terraza del hotel, allí los esperaba nuevamente el presidente, con quien hablar sobre el equipo, el crucial encuentro, de los jugadores, de cómo se hicieron hinchas, hasta que llegó René Higuita. No se sabía quién estaba más nervioso, si el papá o el hijo, por ver a uno de sus mayores ídolos. Lo abrazaron, también al profesor Jorge Almirón.
El “Loco” los llevó hasta el comedor y los presentó ante los jugadores, sueño cumplido. Juan Pablo los miraba en silencio a todos en busca de su jugador favorito, el goleador Dayro Moreno, mientras que su papá hablaba. Cenaron con el cuerpo técnico, charlaron sobre fútbol, obvio, y luego se tomaron la foto con todo el equipo. Hora de descansar.
Llegó el día del partido, no sabemos si lograron conciliar el sueño porque vivían otro. Era momento de partir hacia el estadio, abordaron el bus y solo quedaba un puesto. Macnelly Torres llamó a Juan José y lo sentó a su lado, se fueron hablando del colegio, él le preguntaba todo, pero nada de fútbol. Volvía y los miraba a todos, las travesuras de Vladimir y la concentración de Monetti, sus otros dos vecinos.
Llegaron al estadio, pisaron la cancha, se tomaron fotos en el banco de suplentes, en el camerino, cerca de la tribuna a la que luego llegaron para vivir el partido. Gritaron los cuatro goles, pero Juan José gritó con más fuerza los dos de Dayro. Nacional ganó 4-1 como si todo estuviera planeado para que fuera un día inolvidable.
