Tal vez nunca antes había sido tan luchado. Atlético Huila fue un equipo serio, táctico y cerró los espacios. Nacional dominó el encuentro, acudió a todas las formas posibles para llegar al gol, pero el arco opita estaba vedado.
El ataque Verdolaga permaneció en el área contraria de los pies de Vladimir, Dayro Moreno, Helibelton, Macnelly, Castellani que remató desde afuera, Campuzano que se mandó dos jugadotas y Steven Lucumí que se tragó la cancha y se convirtió en figura.
Pero Banguera, el joven portero huilense, también quería salir héroe del Atanasio Girardot y tuvo como cómplice los tres palos del arco. Doce opciones de gol que no terminaron en celebración de los 24.270 hinchas que llegaron al estadio para ver a su equipo clasificar por décima tercera vez a una final en torneos cortos en Colombia.
En las tribunas se vivió otro partido, el de los nervios, al punto que ni las uñas sobrevivieron a los 90 minutos y los penales fueron a palo seco. El grito de gol nunca llegó y el paso a la final se definía en los doce pasos.
El primero en cobrar fue Dayro Moreno. El goleador, el de la camiseta 17 como si fuera un presagio divino. No falló y la presión se liberó en la cancha, en las tribunas y en banquillo donde Jorge Almirón celebraba con el puño.
Los hinchas respaladaron con el cántico al arquero argentino y luego silbaron al cobrador huilense que la mandó afuera. Aldo Leao envió el balón al palo y Huila empató. Lucumí cerró una gran noche con gol y Zúñiga volvió a marcar en el Atanasio.
El Atlético Huila erró el cuarto penal y en los pies de Castellani estaba la clasificación. Silencio. Todos o bueno, casi todos, miraban al argentino. Monetti prefirió no mirar. ¡Gol!
El balón entró y todos corrieron para abrazar a Gonzalo y liberar toda la euforia contenida de un campeonato bravo. Nacional clasifica a su final 19 en los últimos siete años, mientras que en torneos cortos ya son 13. El que equipo que más ha disputado títulos.
El Verdolaga se acostumbró a estas instancias y le gusta estar allí. Ahora sueña y quiere una nueva estrella, la 17. ¡Vamos todos por la 17.
