Euforia, lágrimas de felicidad y todo un conjunto de emociones se vivió en el campo de juego del estadio Atanasio Girardot en la final de la Copa Bridgestone Libertadores y no era para más, Atlético Nacional bicampeón continental.
Euforia, lágrimas de felicidad y todo un conjunto de emociones se vivió en el campo de juego del estadio Atanasio Girardot en la final de la Copa Bridgestone Libertadores y no era para más, Atlético Nacional bicampeón continental.
Finalizado el compromiso, el técnico Verdolaga aseguró: “Indudablemente el orden, el carácter y la integridad del grupo que tuvo el equipo en el terreno de juego para enfrentar un rival tan difícil, fue lo que nos llevó a tener el título de campeón. La fortaleza de Independiente del Valle eran los costados, íbamos a tener mucha proyección de Bocanegra y Díaz, por eso teníamos que buscar opciones internas en el equipo y Alejandro Guerra nos cumplía esa función, de generar futbol, de armar jugadas y así logramos mantener la presión en el terreno de juego”.
“Antes de salir al terreno de juego teníamos un conflicto de sentimientos, la partida de Alexander Mejía, de Marlos Moreno y Dávinson Sánchez, pero esa fue la invitación en esta recta final, que se despidieran por la puerta grande y dejarlas abiertas para que algún día Dios y el fútbol los traiga de vuelta a Colombia. La idea era focalizarnos en la meta sin perder el objetivo. El fútbol colombiano se lo merece y si lo logramos es por los resultados y todo el trabajo hecho en la Liga. Ahora hay que apuntar a hacer un torneo Intercontinental de nivel, que el equipo tenga ese buen comportamiento y que en diciembre se pueda obtener este logro para Colombia” afirma el técnico Rueda.