Con una receta bastante sencilla Atlético Nacional se coronó campeón de América: jugar bien al fútbol. Rueda y sus muchachos tuvieron sus convicciones y las expusieron durante seis meses por el suelo de 6 países continentales hasta llegar a lo más alto de ellos.
Con una receta bastante sencilla Atlético Nacional se coronó campeón de América: jugar bien al fútbol. Rueda y sus muchachos tuvieron sus convicciones y las expusieron durante seis meses por el suelo de 6 países continentales hasta llegar a lo más alto de ellos.
Trabajando con objetivos definidos y sin desviarse de la mira enfocada desde el comienzo, hasta conseguirlos y ofrecérselos a una hinchada, Atlético Nacional volvió a dejar huellas en un sitio en donde alguna vez caminó en 1989.
Un lujo histórico coronado además con una regularidad notable y una incesante vocación por el juego ofensivo, ha dejado a este Atlético Nacional con otro notable laurel en sus vitrinas, las más laureadas de un país poco acostumbrado a estos festejos.