El 31 de mayo de 1989 a las 8 y 30 de la noche se dieron cita miles de hinchas Verdolagas y aficionados al fútbol, para vivir la gran final de la edición N°30 de la Copa Libertadores, que para esa época reunió a 21 equipos de Sudamérica.
Atlético Nacional instalado en el grupo 3 con Millonarios, Emelec y Deportivo Quito, buscó en 6 partido el cupo a los octavos de final del certamen más importante del continente. En esa primera fase, los dirigidos por Francisco “Pacho” Maturana ganaron 2 partidos, empataron 3 y perdieron 1, lo que les dio el cupo a la siguiente fase. Allí Racing Club apareció para dejarlo en el camino, luego Millonarios nuevamente se cruzó y en su propio estadio, al minuto 80, Jhon Jairo Tréllez marcó el gol de la clasificación a la semifinal. Solo 2 instancias acortaban la distancia para lograr el título y fue Danubio el crucificado que con goleada 6-0 partió de la capital antioqueña que vio celebrar al Verde el gran triunfo y la clasificación a la gran final de la Copa.
Llegó Olimpia de Paraguay, 180 minutos inolvidables de una final única en la historia de Atlético Nacional que ya contaba con 4 estrellas (títulos por Liga 1954, 1973, 1976 y 1981) y 1080 minutos jugados en esta edición del torneo. El primer duelo no fue el soñado, 0-2 abajo en el marcador aquel 24 de mayo en Asunción dejó un sin sabor pero a la vez los hizo más fuerte para creer que era posible revertir la historia.
Llegó el momento sublime, a las afueras del estadio El Campín de Bogotá al centro occidente de la capital del país, a 2650 metros sobre el nivel del mar, se aglomeraron los hinchas para no perderse los últimos 90 minutos de la Copa Libertadores. Aunque no se jugó en casa, los hinchas nacionalistas acompañaron a su equipo amado a este escenario, debido a que tenía una capacidad para 42 mil espectadores en esa época mientras que el Atanasio Girardot solo contaba con 17 mil y la Conmebol, en su reglamento, exigía como mínimo un aforo para 20 mil personas.
Once jugadores salieron al terreno de juego, René Higuita, Andrés Escobar, Gildardo Gómez, Luis Carlos Perea, John Carmona, Leonel Álvarez, Luis Fajardo, Alexis García, John Jairo Tréllez, Jaime Arango y Alveiro Usuriaga. Las tribunas a reventar, el himno por última vez, se cantaba desde el alma y la oración mental para lograr el título, el saludo al equipo, se lanzó la moneda, elección del campo de juego y el pitazo inicial marcó el grito eterno de un partido que aún sigue latente en la memoria de las miles de generaciones que crecen escuchando la narración de los goles al minuto 42 y minuto 65, la tanda de penales, las tajadas del “Loco” René, las anotaciones del Verde y los fallidos tiros del club Paraguayo, finalmente el gol de Leonel y el grito unánime de un país que coreaba ¡NACIONAL CAMPEÓN!.
