En un rincón del estadio Marcelo Bielsa hubo un pulmón verde que no paró de alentar a sus jugadores durante los noventa y tres minutos que se jugaron en el estadio leproso.
Una vez más la fanaticada de Atlético Nacional llegó en gran número a un estadio lejos de Medellín y se hizo sentir con su colorido y fiesta que ya son características del pueblo nacionalista.
En un rincón del estadio Marcelo Bielsa hubo un pulmón verde que no paró de alentar a sus jugadores durante los noventa y tres minutos que se jugaron en el estadio leproso.
Una vez más la fanaticada de Atlético Nacional llegó en gran número a un estadio lejos de Medellín y se hizo sentir con su colorido y fiesta que ya son características del pueblo nacionalista.
Cientos de verdolagas llegaron hasta Rosario con la ilusión latente de conseguir la clasificación a Octavos de Final la cual se consiguió en un partido que no solo los once protagonistas jugaron sino toda la familia Verdolaga.